La propuesta realizada para el edificio de Auditorio Insular de La Palma, se fundamenta en 2 principios: el de la integración paisajística y el de optimizar su funcionalidad. Todo ello sin olvidar por supuesto que se trata de un edificio singular y por tanto con vocación de hito arquitectónico, que deberá se referencia cultural y turística a nivel insular.
El edificio proyectado nace de un doble diálogo con este entorno, por una parte con el paisaje próximo de los bancales agrícolas, respetando este modo de transformar el territorio mediante planos horizontales y por otra parte con el paisaje abrupto de fondo de las montañas. Así el edificio se compone de dos grandes plataformas horizontales solapadas, que con sus sombras arrojadas entran en diálogo con las bandas que generan los muros de piedra de los bancales en el paisaje. Entre estas dos plataformas-plaza se desarrolla el programa, siendo la cubierta de la sala de audiciones el único volumen que se eleva sobre ellas, para redefinir una silueta pétrea en diálogo con las montañas que se recortan al fondo.
La parcela cuenta con magníficas vistas al mar hacia el suroeste, lo cual resulta una condición privilegiada, pues coinciden las vistas con la mejor orientación al asoleo de tarde, que es cuando se prevé un mayor uso del auditorio. Para potenciar estas vistas, se generan dos amplias plazas elevadas sobre el terreno, cada una a un nivel sobre una de las plataformas antes mencionadas. Debido a la orientación sur del edificio, el espacio interior se protege mediante grandes vuelos que proporcionan sombra. Se dota también de un espacio exterior cubierto que ofrece una gran área de sombra para los meses de verano, así como protección a la lluvia en el invierno.