Remodelación del Paseo de Colón

La reordenación realizada pretende potenciar el acceso peatonal al tramo costero de Martiánez y al Lago Artificial de Cesar Manrique, ampliando las superficies de paseo en detrimento del tráfico rodado de vehículos. Para ello se define una superficie de pavimentación unitaria con un ámbito previsto para el paso con control horario de vehículos de servicio. El despiece del material elegido, el basalto se estructura según diversos ritmos y distintos órdenes, desde despieces arbitrarios hasta geometrías reticulares. El objetivo principal es el conseguir espacio libre en una zona muy colmatada, por lo que la operación consiste más en eliminar que en añadir. La pavimentación de la zona exclusiva peatonal se resuelve con piedra basáltica de corte recto irregular, intercalando esporádicamente figuras construidas en hormigón blanco inspiradas en los petroglifos aborígenes del archipiélago que pretenden dialogar con las formas orgánicas usadas por Cesar Manrique en el Lago. Estas formas bien quedan enrasadas en el pavimento o bien se extruyen para funcionar como bancos. Para suavizar la transición entre el borde urbano y la costa se planta una alineación de palmeras canarias de gran porte, que redefinen la fachada urbana hacia el mar.  Por la noche una retícula de puntos de luz hasta entonces oculta en el suelo evidencia la geometría de esta zona del Puerto de la Cruz y establece una conexión visual con la telaraña nocturna que se aprecia en las vistas lejanas de la costa norte de Tenerife.